Floridablanca
Nos encontramos ante un piso típico del Ensanche Barcelonés, con una geometría muy compartimentada, alargada y estrecha. A estas características hay que añadirle, además, dos muros de carga paralelos a las fachadas que dificultan aún más la nueva distribución.
El principal objetivo de la propuesta es conectar los cuatro espacios segregados: la cocina, el recibidor, el comedor y la sala, manteniendo la diferenciación pero sin renunciar a un espacio amplio y abierto. Además, se amplia el único baño y uno de los dormitorios.
La estrategia del proyecto es ordenar estas estancias y conectarlas entre ellas, eliminando los tabiques y aumentando la apertura del muro de carga. Esto, combinado con un juego de geometrías en los planos horizontales, suelo y techo, aumenta la sensación de permeabilidad entre ambos lados del muro y permite relacionar de manera directa el exterior con el interior, aportando luz natural a la parte intermedia de la vivienda. A su vez, el giro del plano de espejo desmaterializa la compartimentación de la cocina y multiplica la luminosidad de la entrada.
Fotógrafo: José Hevia
Mobiliario: El Recibidor
Arquitectes per l’arquitectura